Vuelta a las vivienda unifamiliares, en este caso de la mano del arquitecto Pierre Morency. Construida en 2006 como segunda vivienda de la familia del arquitecto, se basó en las ideas que sus hijos pequeños le pidieron. A razón, el hijo quería una nave espacial y su hija una casa en el árbol.
Con estas premisas, y teniendo en cuenta que la ubicación donde tenía que estar situada la casa requería de la menor intervención a nivel medioambiental, tenían que cortar los mínimos árboles posibles, Pierre optó por una construcción con tres contenedores de transporte.
Estos tres contenedores fueron pintados de negro y dispuestos dos en la planta inferior y uno en la planta superior. Los inferiores fueron apoyados sobre una base de hormigón a modo de cimentación. Como se ve en las imágenes, el superior está cruzado con respecto a los inferiores, flotando por ambos extremos y dando la sensación de nave espacial que pedía el hijo. Por otro lado, los contenedores fueron recubiertos con madera de la localidad, dando el aspecto de casa del arbol que pedía la hija.
La vivienda cuenta con tres plantas prácticas, estando destinada el sótano a una habitación y un baño para invitados. La planta baja alberga la cocina y el salón comedor, estando la planta superior dedicada a los dormitorios de los hijos así como el dormitorio principal, en un añadido de madera que forma una extensión en voladizo, cuenta además con un baño.
Las vistas dicen sus inquilinos que son espectaculares, ya que aunque hay multitud de árboles que impiden una vista nítida del lago junto al que descansa la vivienda, son estos mismos árboles los que con su juego de luces y sombras crean una atmósfera muy especial.
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